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Declaraciones obtenidas por Calvin Dexter

Tiene muy claro lo que quiere conseguir con sus fotografías: dar voz al mundo animal y conectar al espectador con su entorno. Para Jasper Doest la fotografía siempre versa sobre las emociones que nos transmite y sólo cuando uno se sumerge de lleno en una historia es cuando puede contarla como es debido. Las imágenes de este holandés han recibido el reconocimiento de publicaciones como National Geographic y BBC Wildlife Magazine. La fascinante escena que captó de un macaco japonés le valió recientemente un Wildlife Photographer of the Year en la categoría “Creative Visions”.

Jasper Doest

Cuando estuve fotografiando los famosos macacos japoneses en las aguas termales de Jigokudani, en el centro de Japón, me fascinaron los efectos surrealistas que generaban los gélidos vientos a su llegada. Había ocasiones en que las fuertes ráfagas atravesaban como un estallido el vapor que se alzaba de las piscinas, y si se daba el caso de que estuviera nevando, el resultado era un lienzo hipnotizante de vapor enredado y copos de nieve que daban vueltas alrededor de los macacos.

Pero capturar ese momento también implicaba cierto grado de suerte. En mi caso la suerte consistió en estar allí cuando el viento soplara y que los monos estuvieran en el agua. Mi suerte no llegó hasta al cabo de un año. Volví al siguiente invierno con la determinación de conseguir la fotografía con la que me había obsesionado.

Utilicé un polarizador para eliminar todos los reflejos del agua y crear un fondo con un contraste oscuro. También preparé un flash de relleno para capturar los copos de nieve. Se puso a nevar sin parar, y yo me quedé allí quieto. Esperaba la llegada del viento. Sabía que estaba a punto de suceder, y si esperaba el tiempo suficiente, la suerte acabaría viniendo a mí. Pero cuando el vapor se levantaba por encima del agua no había monos a la vista.

Entonces, de repente, un mono adulto saltó encima de una roca en medio de la piscina. Cuando se sacudió la nieve de encima supe que ése era el momento.

Esta toma fue una combinación de planificación e improvisación. No puedo controlar el mundo natural, pero puedo planificar, conocer mi equipo y usarlo como herramienta para anticipar ciertas situaciones. Hay que estar preparado para lo inesperado. Tenía una idea en mente, pero al ser un simple invitado en este mundo natural nunca sabes lo que va a pasar.

«La fotografía consiste en llevar a la gente de viaje hasta nuestro mundo imaginario. Es allí donde tiene lugar la magia»

La foto muestra la belleza surrealista que a veces experimentamos cuando estamos en plena naturaleza. No hay mucha gente hoy día que pueda disfrutar de una belleza así. Vivimos en una sociedad apresurada y hemos perdido la conexión con el entorno natural. A través de mis fotos quiero darle a la naturaleza una voz y mostrar lo bonitos y frágiles que son nuestros entornos naturales. Son algo que debemos cuidar y proteger.

La fotografía es algo más que el simple registro de un momento. No es la realidad: es mi interpretación personal de la realidad. La fotografía consiste en llevar a la gente de viaje hasta nuestro mundo imaginario. Es allí donde tiene lugar la magia. Creo que esta fotografía tiene esta característica, la de llevarte de la mano en un viaje más allá de la realidad, un viaje que hace que te preguntes qué estás viendo. Vemos a un macaco japonés que parece estar volando con una alfombra mágica. Es por eso que no apartamos la vista. Es por eso que la foto llega al corazón y al alma.

¿Por qué hacemos las fotos que hacemos? Creo que la fotografía es una forma de expresión artística y una herramienta de diálogo muy poderosa. A través de mis fotos lo que quiero es hacerle justicia a la naturaleza, tanto en la vertiente estética como desde un punto de vista más periodístico. ¿Por qué hice esta foto en concreto? Porque estos animales me importan muchísimo y quería compartir la magia del lugar con el resto del mundo.

Para conseguir una foto así tienes que sumergirte del todo en el entorno. Sólo cuando formas parte de él, tanto física como mentalmente, puedes trasladar la intimidad del momento al mundo bidimensional de la fotografía.

Los macacos son una especie que ha sido fotografiada por mucha gente. Y cuando digo mucha, quiero decir mucha. No obstante, por las razones que sean, muchos fotógrafos buscan las fotos más obvias: aquellas que muestran a los monos bañándose y que no entrañan dificultad alguna. Cuando tienen una de estas escenas se van a fotografiar otras cosas de Japón, ya sean grullas, cisnes o águilas.

No creo que le hagas justicia a la naturaleza si no pasas cierto tiempo con tus sujetos, así que yo decidí invertir todo mi tiempo en fotografiar una única especie. Pasé un mes entero con los macacos, y trabajar con ellos fue maravilloso.

La gente suele confraternizar rápidamente con los primates porque son muy similares a nosotros. Gracias a esto puedo jugar con las expresiones más profundas de los monos. La gente conecta con eso. Son una especie muy poderosa y es muy fácil conectar con el mundo natural a través de ellos. Es la única forma que tenemos de que las personas se preocupen por el entorno. Confraternizar es el primer paso, y cuando tienes la atención del espectador, luego puedes usar eso para propagar un mensaje de conservación.

«No participo en estas competiciones para que me digan que mis fotos son buenas. Si una foto me hace reaccionar emocionalmente, con eso tengo suficiente»

Es muy fácil conectar con la naturaleza. Tienes que actuar como un invitado y no tener prisa. Cuando vas a la fiesta de aniversario de alguien no llegas allí corriendo y empiezas a hacer el loco, te tomas seis cervezas y te vas, ¿verdad? Te sientas, miras a la gente que te rodea, te presentas y empiezas a conocer a tus compañeros mientras te tomas algo. Lo mismo sucede en el mundo natural: tómate tu tiempo y la magia llegará. Puedes estar seguro.

Los premios Wildlife Photographer of the Year son como los Oscar de la fotografía de naturaleza. El impacto que tiene esta competición es enorme. Esta foto se ha publicado en todo el mundo, y debido a ello ha podido llegar a millones de personas. Eso es lo que cuenta.

Yo no necesito un premio de estos para confirmar nada, aunque demuestra que voy por el buen camino. Pero no participo en estas competiciones para que me digan que mis fotos son buenas. Si una foto me hace reaccionar emocionalmente, con eso tengo suficiente. Es una señal de que he hecho bien mi trabajo. Cuando vi esta imagen en la pantalla de mi cámara supe que era especial, y me alegré mucho cuando supe que había ganado. De ese modo la voz que yo quiero darle a la naturaleza habla aún con mayor fuerza.

En 2015 regresaré a Japón para volver a trabajar con los macacos en un tour que estoy preparando y que estará limitado a cuatro fotógrafos más. Quiero que la interacción con los animales sea lo más íntima posible.

 Fuente: quesabesde.com